domingo, 30 de enero de 2011

Nos verán comprometidos.

Cuando me canse de casarme de blanco nos encontraremos en ese bar para comprometernos, y esa canción que nos gusta será nuestra testigo.
Ya pasará todo lo que tenga que venir y esperaremos juntos ese tren de tragos exóticos llenos de caprichos sexuales o sensuales o sensoriales.
Cuando ya no tenga más motivos de perdón empezaremos el largo viaje a las cataratas de placeres y haremos un estado de sitio en nuestro sueño. Nos arremangaremos para mojarnos los pies en esas aguas dulces, y las beberemos sin entender lo que pudo ser un adiós.
Cuando nos encontremos en ese bar a la hora que nos den las ganas, sacaremos canas de risas mirando el futuro de locos enamorados.
Comprometidos pisaremos las veredas de los solteros arrepentidos, llorándoles un poema de Neruda a penas cambien de cortina musical su vida.
Y así viviéremos como felices en algún lugar donde las perdices no se coman y nuestras bocas beban agua bendita al mojar los dedos en vino blanco.
Cuando sea será y a la mesa invitados de honor nos recibirán con la dulce espera de que sirvamos el pan nuestro de cada día.